Al comparar a SpaceX con otras empresas espaciales del mundo, probablemente sea más fácil enumerar las cosas que SpaceX no ha hecho en lugar de enumerar todos los logros de la empresa.
Una de ellas es el lanzamiento de materiales nucleares. SpaceX ha lanzado varias misiones científicas planetarias para la NASA, pero todas ellas han utilizado paneles solares para generar electricidad. En este siglo, las sondas de la NASA que dependen de la energía nuclear han volado en cohetes construidos por United Launch Alliance (ULA), una empresa conjunta al 50 % entre Boeing y Lockheed Martin.
Esto está a punto de cambiar con un contrato de 256,6 millones de dólares que la NASA adjudicó a SpaceX el lunes. El contrato cubre los servicios de lanzamiento y los costos relacionados para que SpaceX lance Dragonfly, un helicóptero diseñado para explorar el entorno alienígena de la luna más grande de Saturno, Titán.
La fuente de energía de Dragonfly es un generador termoeléctrico de radioisótopos (RTG), que genera electricidad a partir del calor emitido por la desintegración radiactiva del plutonio-238. Estos generadores alimentados con plutonio han volado en muchas misiones espaciales anteriores, incluidas las de los exploradores Perseverance y Curiosity de la NASA en Marte, la nave espacial New Horizons que envió las primeras imágenes de cerca de Plutón y las longevas sondas Voyager que exploran el espacio interestelar.
Todas estas misiones se lanzaron en cohetes que ya se retiraron o están a punto de retirarse: el Atlas V, el Titán y el transbordador espacial, por nombrar algunos.
Así pues, ha llegado el momento de que la NASA certifique una nueva generación de cohetes para el lanzamiento de cargas útiles de propulsión nuclear. La Fuerza Espacial ya está trabajando en ello para el cohete Vulcan de la ULA, el sustituto del Atlas V, que tiene previsto lanzar una innovadora demostración de propulsión nuclear en 2027.
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Un cohete Falcon Heavy de SpaceX despega con el satélite meteorológico GOES-U de la NOAA el 25 de junio de 2024. Crédito: SpaceX |
El Falcon Heavy de SpaceX se ha lanzado 11 veces, todas con éxito, y está basado en el cohete Falcon 9, diseñado para transportar personas a la órbita. La NASA ya certificó el Falcon Heavy para lanzar sus misiones robóticas más costosas, como la misión Europa Clipper, que se lanzó el mes pasado.
Pero se requiere una certificación adicional para lanzar materiales nucleares, incluida una revisión del sistema de seguridad de autodestrucción explosiva del cohete para garantizar que no dañaría la carga útil ni causaría una liberación de plutonio radiactivo. El propio RTG está diseñado para sobrevivir a un impacto con el océano intacto.
Cabe destacar que el lanzamiento de Dragonfly fue una de las primeras ocasiones en las que United Launch Alliance pudo presentar una oferta para su nuevo cohete Vulcan para un contrato de lanzamiento de la NASA. Los funcionarios de la NASA dieron luz verde al cohete Vulcan para competir directamente con el Falcon 9 y el Falcon Heavy de SpaceX después de que el nuevo lanzador de ULA tuviera un lanzamiento debut exitoso a principios de este año. Con esta competencia, SpaceX salió victoriosa.
Fuente: arstechnica